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Relación entre la violencia contra las mujeres y los animales

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En Ecuador, 6 de cada 10 mujeres han sufrido alguna forma de violencia de género. Así pues, la violencia doméstica sigue estando presente, por desgracia, en más de la mitad de los hogares. Según un estudio sobre las mujeres que buscaron una casa refugio para mujeres que sufren violencia de género, en el 71% de los casos el marido también era violento con la mascota. Otros estudios confirman resultados similares. Por lo tanto, no hay que subestimar la conexión entre la violencia contra los animales y la violencia doméstica contra las mujeres, y hay que estudiarla más a fondo.

Violencia doméstica y violencia contra los animales

Cuando se habla de violencia contra las mujeres o los animales, se habla de tres tipos de violencia: física, sexual o psicológica. Especialmente esta última es muy difícil de identificar en el caso de los animales. A menudo, la violencia contra los animales es un primer indicador de que la violencia podría convertirse también en violencia contra miembros de la familia u otras personas. Esto se debe a que los animales son a menudo objetos de prueba, donde los agresores pueden ensayar sus actos de violencia. Los animales sienten dolor, reaccionan de forma similar a como lo haría un humano, pueden sufrir, sangrar y morir. Para los maltratadores de animales, la vida de un animal no tiene ningún valor.  No sienten compasión por sus víctimas, sino que disfrutan de su posición de poder o incluso sienten placer al torturar a los animales. De esta actitud se puede concluir rápidamente que la vida humana tampoco tiene valor. Por tanto, la crueldad con los animales debe tomarse siempre en serio. Puede ser una señal de que existen profundos trastornos sociales en el ser humano que necesitan ser tratados. Un estudio realizado por la Universidad de Northeastern y la SPCA de Massachusetts (EE.UU.) descubrió que las personas tienen cinco veces más probabilidades de cometer actos de violencia si han torturado previamente a los animales. También se sabe que los delincuentes violentos que han agredido previamente a los animales suelen cometer actos de violencia más graves contra los seres humanos. Las mujeres a menudo permanecen en una relación violenta porque no quieren dejar a su mascota o temen no poder proteger a su animal de otra manera.  

Violencia de los niños contra los animales

La violencia contra los animales suele comenzar en la infancia. Los niños pequeños prueban mucho y comprueban hasta dónde pueden ser capaces de llegar. Descubren su poder sobre otros seres vivos. En este caso, suele ser suficiente con educar a los niños en un comportamiento respetuoso con los animales y señalar que los seres vivos no deben ser tratados de esta manera. Sin embargo, si los niños mayores y los adolescentes torturan a los animales, esto debe tomarse siempre muy en serio. Porque si a esta edad no se desarrolla una conciencia o un conocimiento de los sentimientos y sintiencia de los animales, esto puede indicar posteriores actos de violencia contra los humanos. Cuanto más frecuente sea el maltrato de un niño a un animal, más probable es que se convierta más tarde en un autor de violencia.  Entre el 0 y el 13% de los niños torturan a los animales. El porcentaje es mayor entre los chicos que entre las chicas. Entre los jóvenes de 12 a 18 años, aproximadamente el 2% de las chicas y el 6% de los chicos son crueles con los animales. Pero, ¿cuál es la razón de este comportamiento?

Causas de la crueldad con los animales

Son muchas las causas de este comportamiento en los niños, que a su vez puede conducir a la violencia contra las mujeres más tarde. El primero serían los rasgos psicopáticos ya mencionados anteriormente, que pueden surgir en la infancia y llevar a las personas a utilizar a los animales como objetos de prueba para posteriores actos peores contra los humanos. Otra razón es su propia experiencia de violencia. El 63% de los niños maltratados afirman que en el hogar también se ha producido maltrato animal. Los niños que son maltratados suelen maltratar ellos mismos a sus animales. Es como una salida para deshacerse de su propia frustración y dolor. El niño reconoce su propia indefensión en el animal y quiere identificarse con el poder del padre, o de la persona que ejerce la violencia, para transmitir la opresión. Los padres son imitados y, por tanto, en las familias en las que uno de los miembros es violento, suele ocurrir que los hijos también estén dispuestos a utilizar la violencia. La imprevisibilidad entre el amor y la violencia que experimentan muchos niños afectados se traslada al perro o gato. Por esta razón, muchos maltratadores de animales también se describen como amantes de los animales. Otras causas conocidas son el bajo rendimiento escolar o los problemas en el entorno social. Más adelante, el abuso de alcohol y drogas o un mal estado mental o físico también se encuentran entre las razones del maltrato animal. También suele ocurrir que el marido quiera controlar a su mujer y por ello amenace con hacer daño al animal o lo haga

¿Qué se puede hacer?

Por tanto, el maltrato animal debe tomarse siempre en serio. No solo porque los animales también son seres vivos con sentimientos y cualquier daño físico o psicológico es una crueldad, sino también porque la violencia contra los animales suele convertirse en violencia contra las mujeres y los niños. Si eres testigo de la violencia contra los animales en un hogar, no la ignores, pero mantente alerta. Si los niños maltratan a perros o gatos, no lo descartes como una inofensiva cosa de niños, sino enséñale a cuidarlos con responsabilidad y a tratarlos con respeto. Al fin y al cabo, los animales no son juguetes que deban dejar a cargo a un niño. Por último, pero no por ello menos importante, debería reforzarse la cooperación entre proteccionistas de animales y médicos para poder reconocer a los individuos peligrosos en una fase temprana y tomar medidas preventivas.

No mires para otro lado. Atiende y ayuda tanto a los animales como a las personas que sufren la violencia.

Bibliografía

INEC

Catplus

Das Miez

Vetline

Gabriele Stache

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