Por: Ángel Gil
Hace unos meses era difícil imaginar, aunque siempre se había hablado de la posibilidad, que entraríamos en una cuarentena global a causa de un virus, que pasaríamos días y días encerrados en nuestras casas amenazados por un enemigo invisible. El COVID-19 ha traído consigo consecuencias en todos los aspectos de lo que antes era nuestra normalidad cotidiana, la economía, la forma de relacionarnos, la forma en que trabajamos, nuestra vida ha sufrido un cambio abrupto.
Mucho se ha hablado del respiro que está teniendo el planeta a causa de la situación, pero también en otros casos nos hemos olvidados de seres que no están siendo afectados directamente por el virus, pero que las consecuencias de la cuarentena los está golpeando también a ellos: los animales callejeros, estos miles de perros y gatos en condición de abandono que habitan en las calles de nuestro país y del mundo.
En países como Estados Unidos y Colombia, la pandemia ha causado el incremento de la demanda de solicitudes de adopción en refugios, algunos incluso han llegado a ser lo que siempre hemos soñado: refugios sin animales abandonados.
Los humanos necesitamos compañía y se ha conseguido consuelo en estos seres para superar el tiempo de confinamiento brindando una nueva oportunidad de vida a estos animales rescatados. Sin embargo, en otros países las cifras publicadas por instituciones oficiales indican que ha incrementado el abandono, a pesar de las acciones tomadas por los entes encargados mediante la aplicación de normas y leyes, la causa, es quizás temor por las falsas noticias referente a los contagios y los animales de compañía, también la situación económica en muchos casos impulsa a las personas a abandonar sus animales, situaciones que nos llaman a la reflexión acerca de educar con más ánimo que nunca a la población y ayudar como podamos, a aquellos quienes más lo necesitan.
Ante esta situación de crisis, le preguntamos a Maria José, venezolana, ingeniera ambiental de 28 años y proteccionista desde hace más de una década, cómo ha podido ayudar a animales necesitados en un país no solo afectado desde hace muchos años por una situación política, social y económica sin precedentes en su historia reciente, sino que además ahora enfrenta una pandemia.
¿Es posible ser proteccionista en tiempos de crisis?
Si, definitivamente si, desde mis primeros pasos como proteccionista, hasta ahora, la situación de mi país ha cambiado mucho, pero a pesar de las dificultades nunca he abandonado a mis peludos, siempre hemos estado ahí, bajo cualquier situación dando una mano a cambio de una movida de cola.
¿Cuántos animalitos están a tu cargo?
Mis amigos y yo cuidamos la manada de la Universidad Nacional Experimental del Táchira, son 30 animalitos que hacen vida en el campus, más otros tantos que ayudamos en las calles de nuestra ciudad.
¿Qué hacen con ellos, solo los alimentan? ¿están esterilizados?
Cuando entré a estudiar a la universidad conocí algunas personas, que como yo, aman a los animales, lo primero que hicimos fue censarlos, darles un nombre, una identidad, brindarles atención primaria y especializada, alimentación y cuidado, que hasta el día de hoy se les brinda a diario, pero lo más importante, esterilizamos, hace más de 11 años esterilizamos la manada de esa época, hoy en día quedan algunos y otros han llegado a causa del abandono, pero la población se ha mantenido en aproximadamente 30 perritos durante la última década, se han mantenido sanos, felices y adorables.
AG: ¿Cómo sobrellevan la pandemia, la situación país?
Lo primero es amar lo que haces, lo segundo es ser la voz de los que no tienen voz, buscamos los recursos, solicitamos ayuda a través de distintos medios, nos organizamos, establecemos prioridades: alimentación y salud es lo primero, creamos conciencia, hablamos con la gente y sobre todo tratamos de cambiar el mundo de un animalito a la vez. Con la pandemia hemos aprendido a cuidarnos también, tomamos todas las medidas del caso, nos protegemos y los protegemos a ellos también.
Un mensaje final María José.
Todos somos parte del sistema, todos somos parte del planeta, ayuda en lo que más te guste, pero ayuda, eso es darle sentido a la vida.
En esta situación no abandonemos a los que no tienen voz y recordemos que esterilizar es amor, con esto evitamos animalitos en situación de abandono y ayudamos a construir una mejor sociedad donde el respeto a la vida y el amor por los más débiles sean valores fundamentales.
Maria José muestra la experiencia diaria como proteccionista en la cuenta de instagram de la manada universitaria: ochouniv.