¿Por qué hay razas?
El perro ha sido un fiel compañero del hombre desde hace unos 20.000-40.000 años. Evolucionadas originalmente a partir del lobo, hasta la fecha se han desarrollado 346 razas de perros diferentes. La respuesta a la pregunta de cómo pudieron desarrollarse tantas razas diferentes a partir de una sola es sencilla. Hace miles de años, el hombre reconoció la lealtad del perro. Con el fin de resaltar ciertas características que tenían algunos animales, estos perros fueron seleccionados para reproducirse en un pequeño grupo. Los perros que no podían mostrar las características deseadas no se criaban más. Una vez producida una raza satisfactoria, estos perros se reproducían en pequeños grupos aislados para mantener las características de la raza.
Hoy en día, las razas se crían principalmente por su belleza. Por ejemplo, a los humanos nos parecen especialmente bonitos los ojos grandes, el pelaje brillante o la cola anillada. Otras razas se crían para conservar rasgos de carácter. Un ejemplo muy conocido es el Golden Retriever, que suele considerarse un perro muy tranquilo y tolerante, por lo que suele ser adquirido por familias con niños.
Las características de cría que debe cumplir un perro para pertenecer a una raza suelen ser decididas por los grandes clubes caninos. Los criadores intentan entonces criar perros que sean lo más puros posible, criando únicamente perros que tengan estas características.
El gran problema: La salud del perro
Sin embargo, esto conlleva un gran problema. Dado que el ser humano influye en la reproducción de los perros, las enfermedades hereditarias que normalmente se dan en contadas ocasiones se transmiten sin saberlo con mayor frecuencia. La endogamia, en particular, agrava este problema. Esto se debe a que cuando los hermanos portadores de la misma enfermedad hereditaria se aparean, es mucho más probable que el cachorro también sea portador de esta enfermedad. Por desgracia, sigue siendo habitual que se apareen perros de la misma camada para vender perros supuestamente «bonitos». Las enfermedades hereditarias están presentes en muchas razas de perros hoy en día debido a miles de años de cría.
Un ejemplo de raza con muchas enfermedades hereditarias es el pastor alemán. Este fuerte perro de pastoreo sufre hoy en día a menudo de displasia de cadera, un mal desarrollo de la articulación de la cadera. Al criar los perros solo con otros pastores alemanes seleccionados que también son portadores de la enfermedad, esta aparece muy a menudo en los perros. En el siguiente enlace, encontrarás una lista de razas de perros, donde podrá conocer las respectivas enfermedades hereditarias: Guía de razas de perro.
Otro problema es que, aunque los padres estén sanos, no se puede asumir que el cachorro también lo esté. Esto se debe a que los padres pueden ser portadores de la enfermedad sin que esta se manifieste. Por este motivo, no se pueden descartar estas enfermedades al criar perros de raza pura.
Además de las enfermedades hereditarias involuntarias, que suelen producirse por casualidad y que luego se transmiten a las siguientes generaciones, también hay enfermedades previsibles que surgen de la alteración de las apariencias físicas naturales.
Para explicar esto, se puede utilizar el carlino como ejemplo serio. Tras años de cría, los animales muestran braquicefalia, es decir, un hocico corto y una cabeza encogida. Por lo tanto, los carlinos tienen un aspecto bonito y son muy populares entre los tutores de perros. Sin embargo, esta aparición especial conlleva graves consecuencias. Los perros suelen tener problemas respiratorios, ya que la nariz más corta les dificulta mucho la respiración. Los resoplidos, traqueteos o gruñidos que se suelen escuchar son efectos secundarios típicos de la falta de oxígeno. La cara corta también afecta a los ojos de los perros. Como las cuencas oculares están aplanadas y los ojos sobresalen más, un carlino a menudo no puede cerrar los ojos correctamente. Esto, a su vez, conduce a la deshidratación o, en el peor de los casos, incluso a la ceguera.
Conclusión: Si tienes corazón para los perros, ¡no compres perros de raza!
Los perros de raza son el resultado de siglos de crianza y son muy populares entre muchas personas debido a su aspecto o carácter. Sin embargo, lo que mucha gente desconoce son los numerosos efectos nocivos de la cría en la salud de sus fieles amigos, así como los costes que conlleva. Ya existen pruebas para muchas enfermedades que permiten averiguar si los padres son portadores o no de la enfermedad. En el futuro, esto debe convertirse en un requisito para la cría con el fin de poder garantizar la salud de los perros.
Sin embargo, pasará mucho tiempo antes de que el Estado pueda imponer las correspondientes prohibiciones y controles a los criadores. Por esta razón, la mejor y más rápida solución es decidirse por un perro de raza a la hora de comprar un perro, o al menos elegir muy cuidadosamente qué tipo de perro comprar. Hay ciertas razas que se han debilitado por cría excesiva hasta tal punto que los animales tienen muchas enfermedades. Así que si realmente tienes corazón para los perros, debes ser consciente de que la salud de tus compañeros de cuatro patas es más importante que su belleza externa.
Por lo tanto, hazte un favor y a todos los futuros perros y, si es posible, no compre un perro de raza. Esta es la única manera de evitar que los criadores sigan reproduciendo perros insanos y produciendo más enfermedades hereditarias.