Soy Dana y voy a contarles sobre mi experiencia como voluntaria en la Fundación Revida y aunque pareciera sencillo de expresar porque es una actividad que me encanta hacer. Cuando se trata de algo que involucra sentimientos cuesta un poco más expresarlo en palabras y entonces me pregunto: ¿Por qué lo hago?
Me doy cuenta de que no importa dónde te encuentres; el lugar en el mundo que tanto buscamos para encajar no siempre es un espacio geográfico. Al menos para mí es aquel lugar donde puedo hacer algo que me apasiona y en el que siento que contribuyo para mejorar. Afortunadamente desde muy pequeña descubrí que ayudar a perros y gatos es lo que me motiva y que no importa a dónde vaya siempre llega a mí la oportunidad de hacer algo por ellos.
Muchas veces pensamos que nuestras acciones son insignificantes para una problemática de grandes dimensiones; entonces olvidamos que precisamente son esas pequeñas acciones las que contribuyen poco a poco a ver el cambio que queremos. Para ser voluntario no necesitas más que encontrar eso que te motiva, que te llena, que no importe cuán cansado termines el día el corazón lo sientes llenito, es lo que yo encuentro en Fundación Revida y me encantaría que todos tuvieran la oportunidad de experimentar.
Y sí, ¡el mundo necesita más voluntarios! Más gente que además de soñarlo se atreva a dar el paso de actuar, de empezar a hacer algo por la causa con la que se identifican. No solo te dará satisfacción personal; sino que podrás crear lazos con gente maravillosa a la que irás conociendo a lo largo de tu voluntariado.
¡Nuestro equipo en Fundación Revida es maravilloso y esperamos contar con más personas geniales, como tú! Escríbenos y sé parte de nuestra meta: Un Ecuador sin animales callejeros.