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La esterilización y cáncer mamario en caninos

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Las glándulas mamarias son órganos presentes en los mamíferos cuya función es la producción de leche destinada a la nutrición de los neonatos. En los caninos se observan dos cadenas mamarias dispuestas longitudinalmente en la región ventral del tórax y abdomen. Que están formadas por cinco pares de glándulas mamarias nombradas de acuerdo a su ubicación: torácica craneal, torácica caudal, abdominal craneal, abdominal caudal e inguinal.

Debido al particular ciclo sexual que se presenta en las hembras caninas, las glándulas mamarías se desarrollan e involucionan en cada ciclo (generalmente cada 6 meses), incluso en ausencia de gestación. Estos constantes cambios en el tejido glandular se consideran corresponsables en la incidencia comparativamente alta de cáncer mamario.

Estadísticas

Al igual que en la población humana, los tumores de glándula mamaria son muy frecuentes en caninos. Es común el tumor en hembras no esterilizadas, de estos el 50% son malignos con alta posibilidad de metástasis en ganglios linfáticos regionales y órganos distantes, principalmente pulmones, también presentan alta tasa de recidiva local tras la extracción quirúrgica.

De forma general se considera que el 25% de las hembras caninas no esterilizadas llegan a desarrollar neoplasias mamarias malignas. La causa es multifactorial y está relacionada principalmente a  factores hormonales, susceptibilidad genética y edad. Además en menor grado se ha asociado con una dieta rica en grasa y carbohidratos y un peso corporal elevado.

Hormonas

Las hormonas sexuales estrógeno y progesterona cumplen un papel fundamental en el desarrollo normal de la glándula mamaria. Una vez alcanzada la madurez sexual sufren cambios clínicos e histológicos de acuerdo a los niveles hormonales fluctuantes durante el ciclo reproductivo. Ambas hormonas tienen efectos proliferativos sobre las células causando expansión del tejido mamario. Esto es relevante porque un tumor de gran tamaño con infiltración a planos profundos y un ritmo  de crecimiento rápido son los principales indicadores clínicos de malignidad.

Los estrógenos y sus metabolitos provocan genotoxicidad directa al aumentar el número de  mutaciones e inducir inestabilidad genómica (aneuploidía), ambos relacionados con mayor agresividad tumoral. Los efectos tumorogénicos de la progesterona se deben a que estimula la producción de la hormona del crecimiento (GH); con efectos en la proliferación de tejido mamario, supervivencia de células tumorales y regulación de la expresión de genes implicados en el desarrollo de cáncer mamario. Las neoplasias inicialmente se presentan como lesiones benignas que progresan a lesiones malignas invasivas como parte de una continua exposición hormonal. Indiscutiblemente estas alteraciones tienen un efecto directo en las primeras etapas de la formación tumoral. Esto quiere decir que la presencia de hormonas sexuales favorecerá su crecimiento durante el ciclo reproductivo de la hembra canina.

Responsabilidad de tutores

Estos datos son relevantes para el tutor, ya que si se realiza la esterilización a una edad temprana tiene un efecto protector disminuyendo el riesgo de padecer tumores mamarios a un 0,05%, si se realiza antes del primer celo; sin embargo, aumenta a 8% y 26% cuando se realiza antes del segundo y tercer celo respectivamente. Por lo tanto es importante resaltar que una hembra esterilizada antes del primer celo está prácticamente protegida frente a los tumores mamarios. Mientras que las hembras no esterilizadas que han sido madres y aquellas que han sido esterilizadas a edad adulta conforman el grupo de alto riesgo. La esterilización es importante incluso cuando el tumor ya se ha desarrollado, incrementando hasta en un 45% la supervivencia, por lo que se realiza de forma rutinaria al extirpar la neoplasia mamaria.

Anticonceptivos hormonales

Adicionalmente el uso de anticonceptivos hormonales inyectables como método para controlar la natalidad o para tratar pseudogestación, está contraindicado. Dado que favorece la aparición de neoplasias mamarias mostrando un riesgo 2,3 veces mayor que en caninas no tratadas. Además de efectos adversos como infecciones uterinas, vaginales, problemas hepáticos, entre otros. 

El papel del tutor es crucial para una detección temprana. Conocer la conformación normal de las glándulas mamarias en su mascota y llevar un control periódico en casa puede determinar una diferencia favorable en el tratamiento y pronóstico. El propietario debe estar particularmente atento en hembras no esterilizadas o esterilizadas a edad adulta, mayores de 6 años.

Las neoplasias se perciben como nódulos visibles y palpables en una o varias glándulas mamarias, o la presencia de placas enrojecidas poco definidas, dolorosas y calientes al tacto. Es imprescindible acudir al médico veterinario ante cualquier alteración en forma, color, tamaño o presencia de secreciones para una evaluación clínica, diagnóstico y tratamiento adecuado.

En conclusión la esterilización no es solo una práctica de tenencia responsable en el control de la población de la fauna urbana. Sino también una forma de prevenir enfermedades que pueden llegar a comprometer la vida de nuestros compañeros incondicionales.

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